Se trata de dos miliarios sin epigrafía –sin información gravada– que formaron parte de la vía romana secundaria que unía la gran ciudad romana de Chaves (Portugal) con Xinzo da Limia. Esta vía de comunicación seguía un recorrido semejante al de la actual autovía A-52, y pudo ser un tramo de una vía romana de larga distancia que uniría Aquae Flaviae (Chaves) con Iria Flavia (Padrón), cruzando los valles del Támega, Búbal, la llanura de A Limia, valle del Arnoia y cuenca del Miño.